Hortelano, Antonio

Sin experiencia previa en la interpretación, interviene en las pantallas cinematográficas a la edad de veinte años en la película El seductor (José Luis García Sánchez, 1995), una comedia sobre el despertar sexual de Cosme, adolescente enamorado de su vecina madura, personaje que interpreta María Barranco, y con guion de Rafael Azona, que no se cuenta entre las obras más inspiradas de sus artífices. Vuelve a la comedia un año después con La sal de la vida (Eugenio Martín, 1996), una “insulsa y descafeinada comedia” en palabras de Fernando Morales en su crítica para El País, a cargo del director responsable de algunos pequeños clásicos del género fantástico como Hipnosis (1962), Pánico en el Transiberiano (1972) y de eurowesterns como El precio de un hombre (1967). En La camisa de la serp (Antoni P. Canet, 1996), otra comedia de tono amable y aire nostálgico sobre las peripecias vitales de un adolescente y su paso a la edad adulta, interpreta a un joven músico que sueña con formar una banda de rock con sus amigos en un pueblo mediterráneo durante la década de los sesenta.