Sigler, Pepón

Originario del barrio de Russafa de Valencia, su primer contacto con el cine es casual, pero marca su vida para siempre. En 1983, mientras cursa el tercer curso de la licenciatura en Arquitectura en la Universitat Politècnica de València, Sigler regenta un pub de moda en Ibiza, donde recala todo el equipo de rodaje de La maldición de la Pantera Rosa (Curse of the Pink Panther, Blake Edwards, 1983), la octava entrega de esa mítica saga. De un modo fortuito, Sigler se compromete a proporcionar los dos mil figurantes necesarios para la película, y acaba viajando a Madrid con el equipo para acabar el rodaje. Tras esta experiencia empieza a fraguarse su relación con el sector cinematográfico. Los años siguientes trabaja como decorador en los estudios Sonoequip, propiedad del productor valenciano Joan Andreu, donde participa sobre todo en rodajes de spots publicitarios, curtiéndose en el oficio de la decoración para cine como en ningún otro entorno productivo.